El futuro del trabajo legal no es tecnológico: es humano.

La semana pasada en el 7° Digital Finance Forum del IAEF, presidido por Casiana Silveyra Perdriel, Michio Kaku nos propuso un viaje al año 2050. Su predicción fue contundente: los trabajos repetitivos desaparecerán, y sobrevivirán aquellos que requieran comprender el comportamiento humano.

En la abogacía, esta frase resuena con fuerza.
La inteligencia artificial ya redacta contratos, filtra jurisprudencia y analiza patrones de litigios. La automatización avanza en tareas que antes consumían horas de estudio. Sin embargo, hay algo que las máquinas aún no pueden hacer: comprender la complejidad de las relaciones humanas, leer contextos, interpretar silencios y liderar conversaciones transformadoras.

La experiencia que me hizo entenderlo

Recuerdo algunas reuniones con mis ex socios: discusiones intensas, interrupciones, argumentos preparados antes de que el otro terminara. Todos salíamos con la sensación de haber “defendido” su “mirada”, sin avanzar en nada sustancial.

En el mundo legal, este no es un caso aislado. Es un patrón.
Muchos líderes jurídicos escuchan para refutar, no para descubrir. Se concentran en proteger su argumento más que en abrir espacio a nuevas perspectivas.

Y sin escucha profunda, no hay liderazgo generativo.

La escucha profunda como ventaja competitiva

Michio Kaku habló de “comprender el comportamiento humano” como requisito del futuro del trabajo. En nuestro contexto, eso significa:

  • Detectar fortalezas y debilidades en los equipos más allá de lo técnico.

  • Comprender cómo una emoción no expresada puede bloquear una estrategia legal.

  • Facilitar conversaciones donde el desacuerdo se convierta en una fuente de innovación.

Escuchar profundamente no es asentir en silencio. Es un acto activo de liderazgo que combina presencia, apertura y capacidad de creación conjunta.

Preguntas te invito a que te hagas

  • ¿Estoy leyendo el contexto de mi equipo?

  • ¿Su compromiso es real o sólo un si a desgano?

  • ¿Detecto cuándo una voz se calla aunque su aporte pueda cambiar el rumbo?

  • ¿Puedo escuchar más allá de lo que se dice, para captar lo que el silencio está revelando?

Escucha profunda y liderazgo generativo

El liderazgo generativo entiende la escucha como el núcleo de su práctica:
No busca imponer uniformidad, sino orquestar singularidades.
Como un director de orquesta que no toca un instrumento, pero integra cuerdas, vientos y percusión en una melodía coherente, el líder jurídico alinea fuerzas diversas hacia un propósito común.

Esta habilidad no solo mejora la cohesión interna: también potencia la relación con clientes, colegas y contrapartes, generando confianza incluso en escenarios de conflicto.

Cerrar la brecha

En un mundo legal que se automatiza, la brecha no estará entre quienes usan o no usan tecnología. Estará entre quienes sepan escuchar para crear futuro y quienes sigan escuchando para defender el pasado.

La automatización seguirá creciendo, y la inteligencia artificial será parte del día a día en estudios y departamentos legales.
Pero en medio de ese cambio, la ventaja diferencial estará en algo que ninguna máquina puede imitar: nuestra capacidad de escuchar profundamente, interpretar y liderar desde lo humano.

Esa capacidad requiere tiempo, presencia y un tipo de atención que hoy está en riesgo.
En muchas organizaciones jurídicas, la presión constante por producir y mostrar resultados inmediatos está erosionando la base misma de un liderazgo humano y sostenible.

Este fenómeno tiene nombre: hustle culture.
Y en mi próxima publicación voy a explorar cómo esta cultura del rendimiento infinito está moldeando —y muchas veces limitando— la forma en que ejercemos la abogacía, y qué podemos hacer para cambiar el juego.

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Un juicio en la selva, Narciso, la Callas, la Monroe y… yo.